miércoles, 30 de septiembre de 2020

DENS INVAGINATUS




Paciente femenina de 12 años de edad, quien en radiografía periapical (Figura 1) mostraba en el diente 12, alteración de la morfología dentaria caracterizada por Dens Invaginatus (DI), el cual se extendía hasta el tercio medio radicular (tipo II), asimismo, se observaba presencia de imagen radiolúcida de bordes definidos y corticalizados, en aparente asociación al ápice, sugestiva de lesión periapical (Quiste Radicular). Se decide entonces realizar estudio mediante Tomografía Computarizada de Haz Cónico (TCHC).



Figura 1. Radiografía periapical del diente 12, mostrando la invaginación del esmalte hasta el tercio medio radicular y la presencia de imagen radiolúcida de bordes definidos y corticalizados en aparente asociación al ápice de la pieza dentaria. 

En vistas axial, sagital, coronal y panorámica, se observó en estudio mediante TCHC (Figura 2), la bifurcación del conducto radicular en tercio cervical y medio. Además, se confirmó la asociación de la imagen hipodensa al ápice, la cual se extendía hacia palatino. Las tablas óseas se observaron preservadas.


Figura 2. Vistas axial (A), sagital (B) coronal (C) y panorámica (D), se observó la bifurcación del conducto radicular en tercio cervical y medio de la pieza dentaria 12 e imagen hipodensa asociada al ápice, que se extendía hacia palatino. 

Comentarios

El DI también se denomina dens in dente, odontoma invaginado, odontoma compuesto retardado o inclusión dental. Esta anomalía se caracteriza por la invaginación de tejidos dentarios hacia el interior del diente. Se ha reportado una prevalencia de esta entidad del 0,04 al 10%. Los dientes más afectados son los incisivos laterales, seguidos de los incisivos centrales, premolares, caninos y molares.

La morfología del diente afectado puede parecer normal, pero se han descrito los siguientes cambios: a) Aumento del diámetro mesio-distal o vestíbulo-lingual en la corona; b) Presencia de muesca en el borde incisal acompañada de una ranura vestibular; c) Morfología cónica o de clavija; d) Presencia de un cíngulo palatino exagerado o talón cuspídeo. Asimismo, el diente puede también mostrar una historia de signos/síntomas asociados con enfermedad pulpar. 

Las invaginaciones pueden se coronarias y/o radiculares, las primeras se han clasificado en: Tipo 1: invaginación limitada a la corona, pudiendo o no existir comunicación con la pulpa; Tipo 2: la invaginación se extiende apicalmente al límite amelocementario, pero no alcanza al ligamento periodontal; Tipo 3: la invaginación se extiende como en el tipo 2, más allá del límite amelocementario, pero se comunica con el periodonto lateral o apicalmente, lo que permitiría el paso de bacterias y compromiso de la pulpa dental.

Radiográficamente, la imagen de un DI puede incluir la presencia de una fisura estrecha en forma de gota orientada hacia la pulpa, o bien una imagen radiolúcida rodeada de un borde radiopaco, dicha imagen puede variar en distancia desde el borde incisal a la cámara pulpar. Por otro lado, la morfología pulpar puede observarse más compleja que la normal y es difícil  delinear el conducto radicular. Además, la invaginación puede estar completamente separada de la pulpa y manifestarse como un fisura profunda delineada por esmalte y tener su propia apertura en el ligamento periodontal, esta ha sido descrito como un “pseudo canal”. 

Una radiografía periapical puede mostrar la anomalía pero no su naturaleza tridimensional, esto no le proporciona al clínico la información suficiente para evaluar la verdadera anatomía del diente y planificar el tratamiento. La TCHC de campo reducido permite valorar la conexión de la invaginación con el conducto radicular, lo cual es crucial en la terapéutica endodóntica y el manejo de lesiones periapicales. Dicha terapéutica varía y  depende de la morfología y extensión del DI, que va desde el sellado de la entrada de la invaginación en los casos asintomáticos, hasta el tratamiento de conducto, como en el caso presentado.


Referencias

Bishop K, Alani A. Part 2: Clinical, radiographic features and management options. Int Endo J 2008; 41(12): 1137-54. 

Rozyło TK, Rozyło-Kalinowska I, Piskorz M. Cone-beam computed tomography for assessment of dens invaginatus in the Polish population Oral Radiol (2018) 34:136–42.




viernes, 7 de agosto de 2020

APÓFISIS ESTILOIDES ELONGADA

Paciente femenina de 44 años de edad quien en la radiografía panorámica mostró elongación bilateral de la apófisis estiloides (AE) (Figura 1), se indicó estudio mediante tomografía computarizada de haz cónico, ante sospecha de Síndrome de Eagle. En vistas coronales, sagitales y reconstrucciones en 3D se confirmó la elongación de las apófisis (ambas midieron más de 30 mm) y de acuerdo a la clasificación de Langlais et al., fue de tipo I (elongado y continuo), con un patrón de calcificación tipo A (contorno calcificado) (Figuras 2 y 3).

Figura 1. Radiografía panorámica donde se evidencia la elongación bilateral de la apófisis estiloides.

Figura 2. Vistas coronales (A,C) y sagitales (B,D) obtenidas mediante tomografía computarizada de haz cónico donde se evidencia una elongación de tipo I (elongado y continuo), con un patrón de calcificación tipo A (contorno calcificado) en ambas apófisis estiloides.

Figura 3. Reconstrucciones volumétricas en 3D en vistas posteroanteriores, donde se indican con líneas rojas, la longitud de las apófisis estiloides (A), y su relación con la rama de la mandíbula (B).


Comentarios

La AE constituye una proyección ósea delgada, larga y cilíndrica que emerge en la porción timpánica del temporal, su extremo distal proporciona inserción a los músculos estilofaringeo, estilohioideo y estiogloso, así como a los ligamentos estilohioideo y estilomandibular. La apófisis se proyecta anterior, inferior y medialmente, se localiza entre las arterias carótidas interna/externa y la vena yugular interna, y anteriormente al foramen estilomastoideo. El ligamento estilohioideo (LEH) es una banda de tejido conectivo que se origina en el vértice de la AE y se inserta en el cuerno menor del hueso hioides.  

La AE puede estar ausente, duplicada o elongada, mostrar varios grados de osificación o la fusión de las porciones osificadas. Se considera que una AE normal mide  25-30 mm.  La prevalencia de la elongación de la AE es del 2-30%, con leve predilección por el sexo masculino, generalmente de aparición bilateral y detectada como un hallazgo incidental en radiografías, cerca de los 40 años de edad. Clínicamente, una AE elongada puede ser palpada en la región de la fosa tonsilar, sin embargo, los pacientes son generalmente asintomáticos y solo un 4% de los individuos con un AE elongada refieren síntomas.

La elongación de la AE puede ser evaluada en estudios 2D como radiografías panorámicas, cefálicas laterales, laterales de mandíbula o anteroposteriores de cráneo, así como por métodos tomográficos, estos últimos proporcionan mediciones precisas y permiten analizar la geometría espacial de la AE. La reconstrucción volumétrica en 3D es considerada el estándar en la evaluación morfométrica de la apófisis y su relación con las estructuras vecinas.

Las anomalías en la estructura de la AE pueden conducir a síntomas inespecíficos, incluyendo dolor faríngeo localizado en la fosa tonsilar, otalgia, sensación de cuerpo extraño y cambios en la voz, los que en conjunto reciben el nombre de Síndrome de Eagle.  Sin embargo, los mismos pueden ser confundidos con otras enfermedades como neuralgias faciales, temporomandibulares, orales o dentales y por ello la importancia de la evaluación morfológica de la AE, para su descarte.  El tratamiento de una AE elongada es convencional (farmacológico) o quirúrgico, mediante abordaje extra o intrabucal,


Referencias

Alpoz E, Akar GC, Celik S, Govsa F, Lomcali G. Prevalence and pattern of stylohyoid chain complex patterns detected by panoramic radiographs among Turkish population. Surg Radiol Anat 2014;36(1):39-46.

Bruno G, De Stefani A, Barone M, Costa G, Saccomanno S, Gracco A. The validity of panoramic radiograph as a diagnostic method for elongated styloid process: A systematic review [published online ahead of print, 2019 Sep 9]. Cranio 2019;18.

Kailasam S, Massillamani F, Potluri VL, Prabakaran A, Guntuku N, Priya CK. Morphometric Evaluation of Styloid Process Using Cone Beam Computed Tomography- A Retrospective Study of Chennai Population. JAMMR 2018;25(08):1-12.

Langlais RP, Miles DA, Van Dis ML. Elongated and mineralized stylohyoid ligament complex: a proposed classification and report of a case of Eagle's syndrome. Oral Surg Oral Med Oral Pathol. 1986;61:527–32. 

martes, 21 de julio de 2020

HIPERPLASIA DE LA APÓFISIS CORONOIDES

Radiografía panorámica de paciente masculino de 43 años de edad, indicada para evaluación general de la dentición y los maxilares, donde se observa un mayor tamaño de la rama mandibular del lado izquierdo, en comparación con la del lado derecho, la hiperplasia de la apófisis coronoides (AC) ipsilateral, así como la elongación de ambas apófisis estiloides, que de acuerdo a la clasificación de Langlais et al., es de tipo I (elongada y continua) y mostrando un patrón A (contorno calcificado) (Figura 1).

Figura 1. Radiografía panorámica donde se observa la hiperplasia de la apófisis coronoides del  lado  izquierdo así como la elongación de ambas apófisis estiloides. Las líneas rojas y la azul discontinua, destacan la diferencia en el tamaño de las apófisis derecha e izquierda.

La hiperplasia coronoidea se caracteriza por un crecimiento desproporcionado y progresivo de la AC tanto en volumen como altura, formado por hueso histológicamente normal. Aunque muchas veces es asintomática, la condición puede causar la reducción gradual de la apertura bucal debido a la interferencia entre la AC elongada y el arco o el hueso cigomático, en ocasiones se asocia a dolor y disfunción temporomandibular. La AC puede ser unilateral o bilateral, en el primer caso, suele observarse asimetría facial.

La elongación de la AC es más frecuente en el sexo masculino, y es diagnosticada entre la segunda o tercera época de la vida. La etiología de la entidad permanece incierta. Entre los posibles factores se ha incluido trauma en la zona de la articulación temporomandibular (ATM), hiperactividad del músculo temporal, desplazamiento del disco de la ATM, anomalías endocrinas o alteraciones genéticas. En este sentido, se ha indicado que pacientes con estatura baja indiopática tratados con hormona de crecimiento desarrollaron trismus causado por hiperplasia bilateral de la AC y se ha postulado la influencia de un patrón hereditario familiar en la presencia de la entidad.  

El diagnóstico puede ser realizado mediante radiografías panorámicas, donde se observa una AC que presenta un mayor tamaño que la apófisis homóloga y sobrepasa en altura al cóndilo ipsilateral. Los estudios tomográficos posibilitan un examen más preciso, pues permiten no solo la evaluación morfológica de la AC, sino también evaluar la relación de ésta con el hueso cigomático.

El tratamiento de elección es la coronoidectomía mediante un abordaje intrabucal, acompañada con fisioterapia para prevenir la fibrosis post-quirúrgica, restablecer la actividad muscular y la apertura bucal. Se recomienda el seguimiento a largo plazo para monitorear una posible recidiva.   

Referencias

 

Acharya P, Stewart A, Naini FB. Coronoid impingement syndrome: literature review and clinical management. Maxillofacial Plastic and Reconstructive Surgery (2017) 39:11. DOI 10.1186/s40902-017-0111-7

 

Eguia del Valle A, Uribarri Etxebarria A, Martínez-Conde Llamosas R, López Vicente J, Ginestal E, Aguirre Urizar JM. Hiperplasia coronoidea bilateral. Una rara patología causante de disfunción temporomandibular. Av. Odontoestomatol 2011; 27 (5): 241-244.

 

Zhong SC, Xu ZJ, Zhang ZG, Zheng YH, Li TX, Zhou G.  Bilateral coronoid hyperplasia (Jacob disease on right and elongation on left): report of a case and literature review Oral Surg Oral Med Oral Pathol Oral Radiol Endod 2009;107:e64-e67

 

miércoles, 10 de junio de 2020

INCISIVO CENTRAL RETENIDO

Paciente femenina de nueve años de edad, quien presenta clínicamente, retención prolongada de la unidad dentaria (UD) 11. En la radiografía panorámica (Figura 1) se observa el diente permanente retenido y en aparente posición transversal, la UD 51 muestra rizalisis. La tomografía computariza de haz cónico (TCHC) realizada, evidencia el diente retenido con rizogénesis incompleta, eje longitudinal horizontalizado, encontrándose en posición transversal y en íntima proximidad al piso de la fosa nasal derecha; el saco pericoronario presenta patrón imagenológico dentro de la normalidad (Figura 2).

Figura 1. Detalle de radiografía panorámica, donde se observa el diente 11 retenido y en aparente posición transversal, mientras que la pieza dentaria 51 muestra rizalisis.
Figura 2. En vistas axial, corona, sagital y reconstrucción volumétrica en 3D de tomografía computarizada de haz cónico, se observa la unidad dentaria (UD) 11 retenida, con rizogénesis incompleta, eje longitudinal horizontalizado, en posición transversal y en íntima proximidad al piso de la fosa nasal derecha. El saco pericoronario presenta patrón imagenológico dentro de la normalidad
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Los incisivos centrales superiores son los dientes más prominentes en la sonrisa del individuo y el  habla, es por ello que su erupción normal, posición y morfología son cruciales en la estética y la fonética. El término retención dentaria se refiere tanto a un diente localizado dentro del maxilar y/o en tejido óseo, y probablemente no erupcionará por sí mismo. La retención de los incisivos centrales superiores supone un problema a edades tempranas y es reportada con menos frecuencia que los terceros molares o caninos, afectando un 0,2 al 1% de la población.
En general, las causas de una retención dentaria pueden dividirse en generales y locales. Entre las generales pueden enumerarse las enfermedades febriles, desórdenes endocrinos, hipovitaminosis o herencia. Las locales suelen estar relacionadas con falta de espacio, retención prolongada o pérdida prematura de los dientes deciduos, posición anormal de los dientes durante la erupción, presencia de hendidura palatina, anquilosis, neoplasias, trauma dental o alveolar y dilaceraciones radiculares. Los dientes retenidos pueden causar lesiones en los dientes adyacentes, infecciones o quistes y representan un problema funcional y estético.
Clínicamente es de importancia evaluar la secuencia y erupción dentaria, la retención de un diente deciduo, aumento de volumen en la zona, la reducción del espacio disponible para el incisivo, o la rotación e inclinación de los dientes adyacentes. Un signo patognomónico de la retención del incisivo central es la presencia en el arco del incisivo lateral homolateral.
La evaluación radiográfica permite examinar la presencia y posición del diente retenido, su morfología, estructura e investigar la posibilidad de obstáculos para la tracción ortodóntica. En este sentido es clave establecer la relación espacial del diente retenido con las raíces de los dientes adyacentes y patologías como dientes impactados, odontomas, granulomas o quistes apicales. Las radiografías panorámicas constituyen el primer examen radiográfico indicado para la evaluación general de los dientes retenidos, sin embargo, la tomografía computarizada ha probado ser superior en la observación del tejido óseo y la localización precisa de dichos dientes, en particular la TCCH, es eficiente, proporciona una excelente diferenciación del tejido óseo y una relativa baja dosis en comparación con la tomografía médica.
Referencias
Estrada A,  Katagiri M. Orthodontic-surgical treatmentof an impacted central incisor. Case report.  Rev Mexicana Ortodon 2017; 5(3):  184-9.
Pavoni C, Mucedero M, Laganà G, Paolini V, Cozza P. Impacted maxillary incisors: diagnosis and predictive measurements. Annali Stomatol 2012; III(3-4): 100-15.

miércoles, 8 de abril de 2020

REABSORCIÓN RADICULAR POST-TRAUMÁTICA

Paciente masculino de 19 años de edad, quien fue referido para estudio mediante Tomografía Computarizada de Haz Cónico de la unidad dentaria 21, el mismo relata antecedente traumático en la zona. En secuencia de vistas transaxiales se observa imagen sugestiva de aumento irregular del diámetro del conducto radicular, así como pérdida de sustancia dentaria en la superficie vestibular del tercio cervical y medio radicular con compromiso de la tabla ósea vestibular (Figura 1). Las vistas axial, sagital, coronal y la reconstrucción 3D son confirmatorias de estos hallazgos (Figura 2). La impresión diagnóstica del caso es la presencia de Reabsorción Radicular Interna InflamatoriaReabsorción Radicular Externa Cervical. 




Figura 1. Secuencia de vistas transaxiales de estudio mediante Tomografía Computarizada de Haz Cónico, mostrado pérdida irregular de sustancia dentaria en la superficie vestibular del tercio cervical y medio radicular con compromiso de la tabla ósea vestibular (Flecha blanca) sugerente de Reabsorción Radicular Externa Cervical y aumento irregular del diámetro del conducto radicular (Flechas rojas) que sugiere Reabsorción Radicular Interna Inflamatoria. 


Figura 2. Vistas axial, coronal, sagital y reconstrucción en  3D de estudio mediante Tomografía Computarizada de Haz Cónico, donde se destaca con flechas rojas, la pérdida de la sustancia dentaria externa-interna, así como el compromiso de la tabla vestibular. 

Comentarios

La reabsorción radicular (RR) es la pérdida progresiva de la dentina y el cemento, este proceso es resultante de la interacción entre células inflamatorias y células resortivas (osteoclastos, odontoclastos y dentinoclastos). La RR puede tener un origen fisiológico (dentición primaria/mixta) o patológico (dentición adulta) y  ocurrir tanto interna como externamente. En el caso del RR patológica, la misma puede ser iniciada y mantenida por diversos factores como necrosis pulpar, trauma, tratamiento periodontal u ortodóntico, así como agentes blanqueadores. Independientemente de la causa inicial, el proceso tiene un origen inflamatorio.

La RR interna, también llamada como reabsorción intraconducto, es relativamente rara, y resulta en la distrofia de la pulpa que conduce a la destrucción de los tejidos duros, produciendo cambios morfológicos. La lesión tiene una prevalencia entre el 0,1 a 1,6%. La mayoría de las veces permanece asintomática y es descubierta incidentalmente en radiografías, sin embargo, una vez identificada debe ser tratada endodónticamente para limitar su progresión. La RR interna se ha clasificado en RR interna de superficie, inflamatoria y de reemplazo. Por las características observadas en el diente estudiado en el presente caso, creemos que se trata de una RR interna inflamatoria.

Por su parte, la RR externa ha sido clasificada como RR externa de superficie, inflamatoria, por reemplazo y cervical. En particular la RR cervical, es una lesión resortiva localizada en el área cervical del diente, inferior a la adhesión epitelial (por lo que no siempre es observada exactamente en la región cervical del diente). Es raro el compromiso pulpar a menos que la lesión sea extensa, y esta es una característica que la distingue de la RR externa inflamatoria, en esta ultima una necrosis pulpar o infección son prerrequisitos para su aparición. Como en todas las lesiones resortivas, puede solo observarse una pequeña area de actividad en la superficie externa de la raíz, sin embargo, la lesión puede expandirse dentro de la dentina,  y esto se produce tanto coronal como apicalmente. Entre los factores predisponentes se encuentra el trauma, terapia periodontal y agentes de blanqueamiento internos.

Las radiografías convencionales no siempre demuestran con precisión la presencia de la lesión, su tamaño, extensión y relación espacial con las estructuras adyacentes, por lo que el estudio mediante métodos volumétricos permite la observación tridimensional de la misma, así como  predecir la complejidad y resultado de la terapéutica, basada en la localización y extensión del defecto.

Referencias
  • Andreasen J O. Luxation of permanent teeth due to trauma. A clinical and radiographic follow-upstudy of 189 injured teeth. Scand J Dent Res 1970; 78: 273–286.
  • Darcey J, Qualtrough A. Resorption: part 1. Pathology, classification and aetiology. Bri Dent  J 2013; 9: 439-51.
  • Estrela C, Bueno MR, De Alencar AHG, Mattar R, Valladares Neto J, Azevedo BC, Estrela CRA. Method to Evaluate Inflammatory Root Resorption by Using Cone Beam Computed Tomography. JOE 2009, 35(11): 1491-7.
  • Mehra N, Yadav M, Kaushik M, et al. (August 27, 2018) Clinical Management of Root Resorption: A Report of Three Cases. Cureus 10(8): e3215. DOI 10.7759/cureus.3215

DEFECTO ÓSEO DE STAFNE

Paciente masculino de 47 años de edad quien fue referido a estudio de Tomografía Computarizada de Haz Cónico, por presentar en radiografía panorámica previa, imagen radiolúcida difusa en zona antegonial izquierda, de forma ovalada y bordes definidos, corticalizados, en íntima proximidad al piso del canal mandibular. La cortical inferior se observaba preservada.

La radiografía panorámica mostraba la disminución de la altura del tabique interdental en patrón horizontal en ambos maxilares, la presencia de cálculo dental en la zona molar de los cuatro cuadrantes, y en particular, la imagen sugerente de reabsorción radicular externa extensa en la unidad dentaria 11, así como imagen radiopaca múltiple, de densidad metálica, compatible con aparatología ortodóntica  fija  (Figura 1).  


Figura 1. Radiografía panorámica donde se observa imagen radiolúcida difusa en zona antegonial izquierda, de forma ovalada y bordes definidos, corticalizados, en íntima proximidad al piso del canal mandibular.

En reconstrucciones multiplanares y 3D se observó la presencia de imagen hipodensa en la zona antegonial izquierda que causaba solución de continuidad de la tabla ósea lingual (Figura 2). La imagen fue sugerente de Defecto Óseo de Stafne tipo I (limitado a la porción medular de la mandíbula), de acuerdo a la clasificación de Arji et al.


Figura 2. Vistas axial, sagital y reconstrucción 3D de Tomografía Computarizada de Haz Cónico, donde se evidencia imagen hipodensa en la zona antegonial izquierda que causa solución de continuidad de la tabla ósea lingual, sugerente de Defecto Óseo de Stafne tipo I.

Comentarios

El Defecto Óseo de Stafne (DS) es observado como una radiolucencia bien definida, de bordes corticalizados, de forma oval o redondeada, asintomática, localizada comúnmente entre el ángulo de la mandíbula y el primero molar por debajo del canal mandibular. La condición tiene una incidencia entre 0,10 a 0,40%, pudiendo alcanzar un 6,06% en mandíbulas de cadáveres. El DS es más frecuente entre los 50 y 70 con una proporción hombre/mujer de 6:1.

El DS ocurre con más frecuencia en la región posterior de la mandíbula (variante posterior), sin embargo también puede aparecer en la zona anterior (variante anterior), en cuyo caso el defecto se observa entre el canino y el primer molar, por encima del músculo milohioideo y por debajo de los ápices radiculares si los dientes están presentes. Asimismo, ha sido reportado en la rama ascendente (variante de la rama ascendente) posterior al agujero lingual o en su cara externa. Generalmente, el DS es unilateral, pero se han reportado casos bilaterales o de localización múltiple.

La entidad es un hallazgo radiográfico incidental, tiene la apariencia de una radiolucencia unilocular de forma oval, con un diámetro entre 1 a 3 mm, presentando bordes definidos y corticalizados, lo que lo asemeja a un quiste. Se ha reportado el adelgazamiento y expansión de la cortical vestibular, así como la solución de continuidad de la cortical inferior de la mandíbula.

La identificación inicial del defecto es regularmente realizada en una radiografía panorámica, en los casos en los que se tienen dudas acerca de la naturaleza de la entidad, se debe recurrir a estudios adicionales para confirmar el diagnóstico, como la Tomografía Computarizada de Haz Cónico, la cual permite evaluar la relación de los límites de la cavidad con las estructuras adyacentes y su extensión.

No se requiere tratamiento para un DS,  debido a que es considerado una variante anatómica y no una condición patológica. El manejo de un DS es el seguimiento radiológico; siendo que la exploración quirúrgica seguida de biopsia se realizan cuando existen dudas en cuanto al diagnóstico y se sospecha la posibilidad de una patología.

Referencias
  • Ariji E, Fujiwara N, Tabata O, Nakayama E, Kanda S, Shiratsuchi Y, et al. Stafne's Bone Cavity Classification Based on Outline and Content Determined by Computed Tomography. Oral Surg Oral Med Oral Pathol. 1993;76(3):375-380.
  • Ertas ET, Atici MY, Kalabalik F, Ince O. Investigation and differential diagnosis of Stafne bone cavities with cone beam computed tomography and magnetic resonance imaging: Report of two cases. J Oral Maxillofac Radiol 2015;3(3):92-6.
  • Hernandez-Andara A, Ortega-Pertuz AI, Saavedra J, Gomez M, Villarroel –Dorrego M. Presentación inusual de cavidad ósea de Stafne: estudio mediante tomografía computarizada y resonancia magnética. Odontol Sanmarquina 2019, 22(4): 299-306.
  • Liu L, Kang BC, Yoon SJ, Lee SJ, hwong SA. Radiographic features of lingual mandibular bone depression using dental cone beam computed tomography. Dentomaxillofac Radiol. 2018 Jul;47(6):20170383. doi: 10.1259/dmfr.20170383


sábado, 29 de febrero de 2020

QUISTE RADICULAR

Paciente femenina de 22 años de edad, quien fue referida para estudio mediante Tomografía Computarizada de Haz Cónico, por persistencia de lesión radiolúcida, de bordes definidos y corticalizados asociada al diente 14, tratado endodónticamente (Figura 1).



Figura 1. Detalle de radiografía periapical, donde se observa imagen radiolúcida, de bordes definidos y corticalizados (flecha roja), en asociación al diente 14. 

En vistas axial, coronal y sagital y reconstrucción en 3D, pudo constatarse la presencia de imagen hipodensa, redondeada y corticalizada, en asociación a los ápices, que causaba compromiso de la tabla ósea vestibular. Asimismo, se evidenció que en ambos conductos radiculares, el material de obturación no se extendía hasta el tercio apical (Figura 2). La imagen es sugestiva de Quiste Radicular (QR). Es importante destacar, que durante la exploración del volumen tomográfico se observó la presencia de bifurcación de la raíz vestibular del diente 24. 


Figura 2. Vistas axial, coronal, sagital y reconstrucción en 3D en donde se  evidencia imagen hipodensa de bordes corticalizados que compromete la tabla ósea vestibular, asociada a los ápices del diente 14. 

COMENTARIOS

Las lesiones periapicales, resultado de la necrosis pulpar, son las patologías más frecuentes en el hueso alveolar. La exposición bacteriana de la pulpa dental, puede producir respuestas inflamatorias y reacciones inmunológicas en los tejidos perirradiculares y causar la lesión periapical. La periodontitis apical está usualmente producida por una infección intrarradicular, su tratamiento consiste en la eliminación de los agentes irritantes mediante tratamiento endodóntico. Cuando el proceso infeccioso no es eliminado completamente, la lesión periapical permanece y es siendo considerada un fallo de la terapéutica. Inclusive  cuando se realizó una correcta limpieza y obturación del conducto, es posible que la periodontitis periapical persista y se  observa  como una imagen radiolúcida, generalmente asintomática. En estos casos, debe considerarse el retratamiento del conducto, cirugía periapical o la extracción del diente afectado.

Entre estas lesiones periapicales, se encuentra el QR, el cual es una cavidad anormal, circunscrita, con contenido líquido, gaseoso o semisólido, recubierta en su interior por epitelio escamoso estraticado queratinizado o no. Son quistes que derivan de los restos epiteliales del ligamento periodontal (restos de Malassez) que inician su actividad al ser estimulados por un proceso inflamatorio, generalmente después de una necrosis pulpar.

El QR es el más común de los quistes odontogénicos presentes en los maxilares, siendo que se ha reportado una incidencia entre el 52 y 75%, constituyendo del 6 al 55% de las lesiones periapicales. La mayor prevalencia del QR se presenta en mujeres y en edad adulta, entre la 3a y 4a décadas cuando es más habitual diagnosticarlos, seguidas por la 4a y 5a dé- cadas. Su localización más frecuente es en la región anterior de la maxila.

Radiográficamente, los quistes radiculares se observan como una imagen radiolúcida, redonda u ovalada y unilocular, que se presenta en la región periapical, delimitada por una línea radiopaca continua.

El tratamiento del QR puede abordarse desde varios enfoques: a) Endodoncia y posterior observación radiográ ca de la lesión; b) Endodoncia y apicectomía o curetaje de la lesión en la zona apical; c)  En lesiones extensas, la descompresión de la lesión permite disminuir el tamaño del quiste, y posteriormente se realiza la enucleación

Referencias

García-Rubio A, Bujaldón-Daza AL, Rodríguez-Archilla A. Lesiones periapicales. Diagnóstico y tratamiento. Av Odontoestomatol 2015; 31 (1): 31-42.

Posada-Álvarez JD. Quiste radicular de origen odontogénico. Reporte de caso. Rev Nac Odontol. 2014;10(19):91-100. doi: http://dx.doi. org/10.16925/od.v10i19.849.

lunes, 20 de enero de 2020

FRACTURA VERTICAL EN MOLAR INFERIOR

Paciente masculino de 53 años edad, quien fue remitido para estudio mediante tomografía computarizada de haz cónico (TCHC) de la unidad dentaria 47. En la corona se observó la presencia de  imagen hiperdensa sugerente de corona protésica, asimismo, se evidenció en cámara pulpar, imagen hiperdensa compatible con material de obturación. Al examen de las dos raíces, se encontraron los siguientes hallazgos:
  • Mesial: se identificaron dos conductos (MV y ML) los cuales mostraron en su interior, imagen hiperdensa sugestiva de material de obturación. En las vistas axial, sagital y tangenciales se observó, la presencia de imagen hipodensa que se extendía de vestibular a lingual, produciendo discontinuidad del tejido dentinario, sugestiva de fractura vertical (Figura 1). Se verificó la presencia de imagen hipodensa de bordes difusos en asociación al ápice, que causaba compromiso de ambas tablas óseas y la región de furca, la cual era sugerente de lesión periapical.
  • Distal: se identificó un conducto, el cual presentaba en su interior, imagen hiperdensa sugestiva de material de obturación. Se observó ensanchamiento del espacio del ligamento periodontal a predominio del tercio apical, lo que  era sugerente de lesión periapical.










Figura 1. Imágenes de tomografía computarizada de haz cónico de la unidad dentaria 47. En las vistas obtenidas y señalada con flechas, se evidencia la presencia de imagen hipodensa que se extiende a lo largo del eje longitudinal de la raiz mesial del diente, sugestiva de fractura vertical. 

Comentarios

Las fracturas verticales (FV) usualmente se caracterizan por una línea que se extiende a lo largo del eje mayor del diente, en dirección al ápice, conectando el conducto radicular con el ligamento periodontal. Este tipo de fractura representa entre el 2 al 5% de las fracturas de la coronoradiculares, con la mayor incidencia en dientes tratados endodonticamente de pacientes mayores de 40 años de edad.

La principal etiología de una FV es el trauma y razones iatrogénicas. Entre las causas más probables de fractura en los dientes vitales se encuentran un trauma físico en la zona y bruxismo, también ocurre en dientes que fueron sometidos a apexificación o poseen alguna anomalía de desarrollo que debilita la estructura dentaria. Asimismo, si el diente tiene una restauración metálica extensa, siendo ésta más resistente que el tejido dental, no se desgasta en el mismo grado, lo que produce un efecto de cuña, resultado en fractura.

En los dientes tratados endodónticamente, la FV puede producirse por una instrumentación excesiva, especialmente en raíces con curvaturas y un plano mesiodistal estrecho, es por ello que los segundos premolares superiores, las raíces mesiovesibulares de los molares superiores y las raíces mesiales de los molares inferiores son más propensas a ser afectadas por una FV. Los procedimientos de preparación extensos para colocar un poste/perno intrarradicular también pueden debilitar la estructura dental y producir la FV, por otra parte, el uso excesivo de fuerza durante la condensación lateral o vertical de la gutapercha podría resultar en el desarrollo de una FV.

La presencia de una bolsa periodontal profunda, un tracto sinusal doble o un halo radiolúcido lateral a la raíz, son los signos más comunes de una FV, siendo que las radiografías periapicales y panorámicas en ocasiones son insuficientes para realizar un diagnóstico definitivo. 

La TCHC ha probado ser una herramienta útil en la evaluación del complejo maxilofacial. En el caso particular de las FV,  las vistas axiales han probado ser más precisas que las coronales o sagitales en su detección, asimismo, se ha señalado que la orientación de la línea de fractura no parece tener una influencia significativa en dicha precisión. En el caso presentado, la TCHC pudo identificar la presencia de la FV, orientación y extensión de la discontinuidad del tejido dental, posibilitando la toma de decisiones terapéuticas más adecuadas para el paciente.  

Referencias
  1. Farmakis ET, Damaskos S, Konstandinidis C. Cone beam computed tomography imaging as a diagnostic tool in determining root fracture in endodontically treated teeth. Saudi Endod J 2012; 2:22-8.
  2. Hegde MN, Hegde ND, Haldar C. Vertical root fractures: Review and case report. J Interdiscip Dentistry 2011;1:101-4.