sábado, 16 de abril de 2022

CONCHA BULLOSA

La cavidad nasal está divida en dos compartimientos laterales por un tabique central, cuyas paredes están formadas por los cornetes superiores, medio e inferior. El espacio inferior al cornete representa la vía aérea de la cavidad y es denominado “meato” (1).  Los cornetes superiores y medios forman parte del hueso etmoides; los inferiores constituyen por sí mismos, un hueso separado, se articulan con los huesos etmoides, palatino y lacrimal, creando la pared medial del meato inferior. Los cornetes son estructuras importantes para mantener las funciones nasales, incluyendo la humidificación, filtración, lubricación y termorregulación del aire inhalado por la nariz desde su pared lateral (2). 

Las estructuras nasales pueden ser afectadas por distintas variaciones anatómicas, tales como neumatización, curvatura paradójica, bifurcación, trifurcación y la presencia de cornetes accesorios o secundarios. La concha bullosa (CB) es definida como la neumatización parcial o total de un cornete nasal (1.2), constituye la variación anatómica más común del complejo osteomeatal, usualmente afecta a los cornetes medios, seguidos por los cornetes superiores e inferiores (2,3). Se ha reportado una incidencia entre el 13 y 53% (4-6), siendo predominantemente bilateral (6). 

Aunque existe controversia en cuanto al mecanismo que produce la neumatización de los cornetes, se han propuestos dos teorías: la primera señala que la CB ocurre durante cambios compensatorios en el flujo de aire, causados por un desvío en el tabique nasal; la segunda sugiere que es generada por variaciones anatómicas individuales (1,2). 

Usualmente la CB es asintomática, pero puede resultar en complicaciones asociadas con su tamaño, presencia de infección y la disminución de la ventilación o el drenaje (4). Se ha relatado una relación entre la CB unilateral, el desvío del tabique nasal y la hipertrofia de los cornetes inferiores (5,6), lo que pudiera causar dificultad en la respiración nasal, por esta razón, la CB has sido asociada con crecimiento facial vertical, afectando la profundización del paladar duro y cefalea rinogénica (6). La presencia de una CB extensa que impide la ventilación y drenaje de la región osteomeatal puede conducir a una sinusitis (1). 

La CB ha sido clasificada en un plano coronal en tipo lamellar, la cual muestra neumatización de la porción vertical del cornete, o tipo bullosa o extensa, cuando dicha neumatización se produce en la porción inferior o en el cornete completo, respectivamente (7). Calvo-Henríquez et al. (6) propusieron una clasificación en el plano axial, la cual incluye seis categorías: Tipo 0: sin aireación; Tipo I: aeración del 1/3 anterior; Tipo III: aeración de 2/3 anteriores; Tipo III: aeración completa antero-posterior; Tipo IV: aeración de 2/3 posteriores; Tipo V: aeración de 1/3 posterior. 

La figura 1 ilustra un caso de CB bilateral de tipo “bullosa” en el plano coronal y tipo II en el axial (Lado derecho), se observa engrosamiento mucoso de ambos cornetes inferiores, a predominio del lado derecho, donde se evidencia la vía aérea disminuida.  En la a figura 2, la CB es unilateral izquierda, “extensa” en el plano coronal y Tipo III en el axial, nótese el desvío del tabique al lado contralateral y el engrosamiento mucoso de ambos cornetes inferiores con disminución de la vía aérea.

 

Figura 1. Vistas coronal (A) y axial (B) de Tomografía Computarizada de Haz Cónico. Se señala (Flechas blancas), la presencia de Concha Bullosa en ambos cornetes medios. Se evidencia engrosamiento mucoso (Flechas rojas) de los cornetes inferiores, a predominio del lado derecho, donde se observa disminución de la vía aérea. 


Figura 2. Vistas coronal (A) y axial (B) de Tomografía Computarizada de Haz Cónico. Se señala (Flechas blancas), la presencia de extensa Concha Bullosa en el cornete medio izquierdo. Se observa engrosamiento mucoso  (Flechas rojas) de ambos cornetes inferiores con disminución de la vía aérea. Tabique nasal con desvió a la derecha. 

La presencia de una CB puede ser constatada por medio del examen clínico, endoscopia y tomografía computarizada (2,3), en este sentido, la Tomografía Computarizada de Haz Cónico ha demostrado ser precisa en la evaluación de los tejidos duros y por ello útil en la valoración de la CB y la planificación quirúrgica del caso (1).  

Referencias

1. Tavora DM, Roque-Torres GD, Costa ED, Brasil DM, Oliveira ML. Incidental finding of bullous concha by cone beam computed tomography. Odvtos 2022;24(1):26-31.

2. Koo SK, Moon JS, Jung SH, Mun MJ. A case of bilateral inferior concha bullosa connecting to maxillary sinus. Braz J Otorhinolaryngol. 2018;84(4):526-28. 

3. Alkhaldi AS, Alhedaithy R, Alghonaim Y. Concha bullosa of the inferior turbinate: Report of two cases. Cureus 2021;13(6):e15479. DOI 10.7759/cureus.15479 

4. Koo SK, Kim JD, Moon JS, Jung SH, Lee SH. The incidence of concha bullosa, unusual anatomic variation and its relationship to nasal septal deviation: A retrospective radiologic study. Auris Nasus Larynx. 2017; 44(5):561-70.

5. Stallman JS, Lobo JN, Som PM. Incidence of concha bullosa and its relationship to nasal septum deviation and paranasal sinus disease. Am J Neuroradiol 2004; 25_ 1613-18. 

6. Calvo-Henríquez C, Mota-Rojas X, Ruano-Ravina A, Martínez-Capoccioni G, Lattomus K, Martin-Martin C. Concha bullosa. A radiological study and a new classification. Acta Otorrinolaringol Esp. 2018. https://doi.org/10.1016/j.otorri.2018.03.003 

7. Bolger WE, Butzin CA, Parsons DS. Paranasal sinus bony anatomic variations and mucosal abnormalities: CT analysis for endoscopic sinus surgery. Laryngoscope 1991;101:56-64.

Autores: 

Dra. Rosanna Landa de Bellera
Dra. Ana Isabel Ortega-Villalobos
Especialistas en Radiología Oral y Maxilofacial. CIDEM Imagenología. Valencia, Carabobo, Venezuela. 

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