miércoles, 30 de septiembre de 2020

DENS INVAGINATUS




Paciente femenina de 12 años de edad, quien en radiografía periapical (Figura 1) mostraba en el diente 12, alteración de la morfología dentaria caracterizada por Dens Invaginatus (DI), el cual se extendía hasta el tercio medio radicular (tipo II), asimismo, se observaba presencia de imagen radiolúcida de bordes definidos y corticalizados, en aparente asociación al ápice, sugestiva de lesión periapical (Quiste Radicular). Se decide entonces realizar estudio mediante Tomografía Computarizada de Haz Cónico (TCHC).



Figura 1. Radiografía periapical del diente 12, mostrando la invaginación del esmalte hasta el tercio medio radicular y la presencia de imagen radiolúcida de bordes definidos y corticalizados en aparente asociación al ápice de la pieza dentaria. 

En vistas axial, sagital, coronal y panorámica, se observó en estudio mediante TCHC (Figura 2), la bifurcación del conducto radicular en tercio cervical y medio. Además, se confirmó la asociación de la imagen hipodensa al ápice, la cual se extendía hacia palatino. Las tablas óseas se observaron preservadas.


Figura 2. Vistas axial (A), sagital (B) coronal (C) y panorámica (D), se observó la bifurcación del conducto radicular en tercio cervical y medio de la pieza dentaria 12 e imagen hipodensa asociada al ápice, que se extendía hacia palatino. 

Comentarios

El DI también se denomina dens in dente, odontoma invaginado, odontoma compuesto retardado o inclusión dental. Esta anomalía se caracteriza por la invaginación de tejidos dentarios hacia el interior del diente. Se ha reportado una prevalencia de esta entidad del 0,04 al 10%. Los dientes más afectados son los incisivos laterales, seguidos de los incisivos centrales, premolares, caninos y molares.

La morfología del diente afectado puede parecer normal, pero se han descrito los siguientes cambios: a) Aumento del diámetro mesio-distal o vestíbulo-lingual en la corona; b) Presencia de muesca en el borde incisal acompañada de una ranura vestibular; c) Morfología cónica o de clavija; d) Presencia de un cíngulo palatino exagerado o talón cuspídeo. Asimismo, el diente puede también mostrar una historia de signos/síntomas asociados con enfermedad pulpar. 

Las invaginaciones pueden se coronarias y/o radiculares, las primeras se han clasificado en: Tipo 1: invaginación limitada a la corona, pudiendo o no existir comunicación con la pulpa; Tipo 2: la invaginación se extiende apicalmente al límite amelocementario, pero no alcanza al ligamento periodontal; Tipo 3: la invaginación se extiende como en el tipo 2, más allá del límite amelocementario, pero se comunica con el periodonto lateral o apicalmente, lo que permitiría el paso de bacterias y compromiso de la pulpa dental.

Radiográficamente, la imagen de un DI puede incluir la presencia de una fisura estrecha en forma de gota orientada hacia la pulpa, o bien una imagen radiolúcida rodeada de un borde radiopaco, dicha imagen puede variar en distancia desde el borde incisal a la cámara pulpar. Por otro lado, la morfología pulpar puede observarse más compleja que la normal y es difícil  delinear el conducto radicular. Además, la invaginación puede estar completamente separada de la pulpa y manifestarse como un fisura profunda delineada por esmalte y tener su propia apertura en el ligamento periodontal, esta ha sido descrito como un “pseudo canal”. 

Una radiografía periapical puede mostrar la anomalía pero no su naturaleza tridimensional, esto no le proporciona al clínico la información suficiente para evaluar la verdadera anatomía del diente y planificar el tratamiento. La TCHC de campo reducido permite valorar la conexión de la invaginación con el conducto radicular, lo cual es crucial en la terapéutica endodóntica y el manejo de lesiones periapicales. Dicha terapéutica varía y  depende de la morfología y extensión del DI, que va desde el sellado de la entrada de la invaginación en los casos asintomáticos, hasta el tratamiento de conducto, como en el caso presentado.


Referencias

Bishop K, Alani A. Part 2: Clinical, radiographic features and management options. Int Endo J 2008; 41(12): 1137-54. 

Rozyło TK, Rozyło-Kalinowska I, Piskorz M. Cone-beam computed tomography for assessment of dens invaginatus in the Polish population Oral Radiol (2018) 34:136–42.




viernes, 7 de agosto de 2020

APÓFISIS ESTILOIDES ELONGADA

Paciente femenina de 44 años de edad quien en la radiografía panorámica mostró elongación bilateral de la apófisis estiloides (AE) (Figura 1), se indicó estudio mediante tomografía computarizada de haz cónico, ante sospecha de Síndrome de Eagle. En vistas coronales, sagitales y reconstrucciones en 3D se confirmó la elongación de las apófisis (ambas midieron más de 30 mm) y de acuerdo a la clasificación de Langlais et al., fue de tipo I (elongado y continuo), con un patrón de calcificación tipo A (contorno calcificado) (Figuras 2 y 3).

Figura 1. Radiografía panorámica donde se evidencia la elongación bilateral de la apófisis estiloides.

Figura 2. Vistas coronales (A,C) y sagitales (B,D) obtenidas mediante tomografía computarizada de haz cónico donde se evidencia una elongación de tipo I (elongado y continuo), con un patrón de calcificación tipo A (contorno calcificado) en ambas apófisis estiloides.

Figura 3. Reconstrucciones volumétricas en 3D en vistas posteroanteriores, donde se indican con líneas rojas, la longitud de las apófisis estiloides (A), y su relación con la rama de la mandíbula (B).


Comentarios

La AE constituye una proyección ósea delgada, larga y cilíndrica que emerge en la porción timpánica del temporal, su extremo distal proporciona inserción a los músculos estilofaringeo, estilohioideo y estiogloso, así como a los ligamentos estilohioideo y estilomandibular. La apófisis se proyecta anterior, inferior y medialmente, se localiza entre las arterias carótidas interna/externa y la vena yugular interna, y anteriormente al foramen estilomastoideo. El ligamento estilohioideo (LEH) es una banda de tejido conectivo que se origina en el vértice de la AE y se inserta en el cuerno menor del hueso hioides.  

La AE puede estar ausente, duplicada o elongada, mostrar varios grados de osificación o la fusión de las porciones osificadas. Se considera que una AE normal mide  25-30 mm.  La prevalencia de la elongación de la AE es del 2-30%, con leve predilección por el sexo masculino, generalmente de aparición bilateral y detectada como un hallazgo incidental en radiografías, cerca de los 40 años de edad. Clínicamente, una AE elongada puede ser palpada en la región de la fosa tonsilar, sin embargo, los pacientes son generalmente asintomáticos y solo un 4% de los individuos con un AE elongada refieren síntomas.

La elongación de la AE puede ser evaluada en estudios 2D como radiografías panorámicas, cefálicas laterales, laterales de mandíbula o anteroposteriores de cráneo, así como por métodos tomográficos, estos últimos proporcionan mediciones precisas y permiten analizar la geometría espacial de la AE. La reconstrucción volumétrica en 3D es considerada el estándar en la evaluación morfométrica de la apófisis y su relación con las estructuras vecinas.

Las anomalías en la estructura de la AE pueden conducir a síntomas inespecíficos, incluyendo dolor faríngeo localizado en la fosa tonsilar, otalgia, sensación de cuerpo extraño y cambios en la voz, los que en conjunto reciben el nombre de Síndrome de Eagle.  Sin embargo, los mismos pueden ser confundidos con otras enfermedades como neuralgias faciales, temporomandibulares, orales o dentales y por ello la importancia de la evaluación morfológica de la AE, para su descarte.  El tratamiento de una AE elongada es convencional (farmacológico) o quirúrgico, mediante abordaje extra o intrabucal,


Referencias

Alpoz E, Akar GC, Celik S, Govsa F, Lomcali G. Prevalence and pattern of stylohyoid chain complex patterns detected by panoramic radiographs among Turkish population. Surg Radiol Anat 2014;36(1):39-46.

Bruno G, De Stefani A, Barone M, Costa G, Saccomanno S, Gracco A. The validity of panoramic radiograph as a diagnostic method for elongated styloid process: A systematic review [published online ahead of print, 2019 Sep 9]. Cranio 2019;18.

Kailasam S, Massillamani F, Potluri VL, Prabakaran A, Guntuku N, Priya CK. Morphometric Evaluation of Styloid Process Using Cone Beam Computed Tomography- A Retrospective Study of Chennai Population. JAMMR 2018;25(08):1-12.

Langlais RP, Miles DA, Van Dis ML. Elongated and mineralized stylohyoid ligament complex: a proposed classification and report of a case of Eagle's syndrome. Oral Surg Oral Med Oral Pathol. 1986;61:527–32. 

martes, 21 de julio de 2020

HIPERPLASIA DE LA APÓFISIS CORONOIDES

Radiografía panorámica de paciente masculino de 43 años de edad, indicada para evaluación general de la dentición y los maxilares, donde se observa un mayor tamaño de la rama mandibular del lado izquierdo, en comparación con la del lado derecho, la hiperplasia de la apófisis coronoides (AC) ipsilateral, así como la elongación de ambas apófisis estiloides, que de acuerdo a la clasificación de Langlais et al., es de tipo I (elongada y continua) y mostrando un patrón A (contorno calcificado) (Figura 1).

Figura 1. Radiografía panorámica donde se observa la hiperplasia de la apófisis coronoides del  lado  izquierdo así como la elongación de ambas apófisis estiloides. Las líneas rojas y la azul discontinua, destacan la diferencia en el tamaño de las apófisis derecha e izquierda.

La hiperplasia coronoidea se caracteriza por un crecimiento desproporcionado y progresivo de la AC tanto en volumen como altura, formado por hueso histológicamente normal. Aunque muchas veces es asintomática, la condición puede causar la reducción gradual de la apertura bucal debido a la interferencia entre la AC elongada y el arco o el hueso cigomático, en ocasiones se asocia a dolor y disfunción temporomandibular. La AC puede ser unilateral o bilateral, en el primer caso, suele observarse asimetría facial.

La elongación de la AC es más frecuente en el sexo masculino, y es diagnosticada entre la segunda o tercera época de la vida. La etiología de la entidad permanece incierta. Entre los posibles factores se ha incluido trauma en la zona de la articulación temporomandibular (ATM), hiperactividad del músculo temporal, desplazamiento del disco de la ATM, anomalías endocrinas o alteraciones genéticas. En este sentido, se ha indicado que pacientes con estatura baja indiopática tratados con hormona de crecimiento desarrollaron trismus causado por hiperplasia bilateral de la AC y se ha postulado la influencia de un patrón hereditario familiar en la presencia de la entidad.  

El diagnóstico puede ser realizado mediante radiografías panorámicas, donde se observa una AC que presenta un mayor tamaño que la apófisis homóloga y sobrepasa en altura al cóndilo ipsilateral. Los estudios tomográficos posibilitan un examen más preciso, pues permiten no solo la evaluación morfológica de la AC, sino también evaluar la relación de ésta con el hueso cigomático.

El tratamiento de elección es la coronoidectomía mediante un abordaje intrabucal, acompañada con fisioterapia para prevenir la fibrosis post-quirúrgica, restablecer la actividad muscular y la apertura bucal. Se recomienda el seguimiento a largo plazo para monitorear una posible recidiva.   

Referencias

 

Acharya P, Stewart A, Naini FB. Coronoid impingement syndrome: literature review and clinical management. Maxillofacial Plastic and Reconstructive Surgery (2017) 39:11. DOI 10.1186/s40902-017-0111-7

 

Eguia del Valle A, Uribarri Etxebarria A, Martínez-Conde Llamosas R, López Vicente J, Ginestal E, Aguirre Urizar JM. Hiperplasia coronoidea bilateral. Una rara patología causante de disfunción temporomandibular. Av. Odontoestomatol 2011; 27 (5): 241-244.

 

Zhong SC, Xu ZJ, Zhang ZG, Zheng YH, Li TX, Zhou G.  Bilateral coronoid hyperplasia (Jacob disease on right and elongation on left): report of a case and literature review Oral Surg Oral Med Oral Pathol Oral Radiol Endod 2009;107:e64-e67

 

miércoles, 10 de junio de 2020

INCISIVO CENTRAL RETENIDO

Paciente femenina de nueve años de edad, quien presenta clínicamente, retención prolongada de la unidad dentaria (UD) 11. En la radiografía panorámica (Figura 1) se observa el diente permanente retenido y en aparente posición transversal, la UD 51 muestra rizalisis. La tomografía computariza de haz cónico (TCHC) realizada, evidencia el diente retenido con rizogénesis incompleta, eje longitudinal horizontalizado, encontrándose en posición transversal y en íntima proximidad al piso de la fosa nasal derecha; el saco pericoronario presenta patrón imagenológico dentro de la normalidad (Figura 2).

Figura 1. Detalle de radiografía panorámica, donde se observa el diente 11 retenido y en aparente posición transversal, mientras que la pieza dentaria 51 muestra rizalisis.
Figura 2. En vistas axial, corona, sagital y reconstrucción volumétrica en 3D de tomografía computarizada de haz cónico, se observa la unidad dentaria (UD) 11 retenida, con rizogénesis incompleta, eje longitudinal horizontalizado, en posición transversal y en íntima proximidad al piso de la fosa nasal derecha. El saco pericoronario presenta patrón imagenológico dentro de la normalidad
Comentarios
Los incisivos centrales superiores son los dientes más prominentes en la sonrisa del individuo y el  habla, es por ello que su erupción normal, posición y morfología son cruciales en la estética y la fonética. El término retención dentaria se refiere tanto a un diente localizado dentro del maxilar y/o en tejido óseo, y probablemente no erupcionará por sí mismo. La retención de los incisivos centrales superiores supone un problema a edades tempranas y es reportada con menos frecuencia que los terceros molares o caninos, afectando un 0,2 al 1% de la población.
En general, las causas de una retención dentaria pueden dividirse en generales y locales. Entre las generales pueden enumerarse las enfermedades febriles, desórdenes endocrinos, hipovitaminosis o herencia. Las locales suelen estar relacionadas con falta de espacio, retención prolongada o pérdida prematura de los dientes deciduos, posición anormal de los dientes durante la erupción, presencia de hendidura palatina, anquilosis, neoplasias, trauma dental o alveolar y dilaceraciones radiculares. Los dientes retenidos pueden causar lesiones en los dientes adyacentes, infecciones o quistes y representan un problema funcional y estético.
Clínicamente es de importancia evaluar la secuencia y erupción dentaria, la retención de un diente deciduo, aumento de volumen en la zona, la reducción del espacio disponible para el incisivo, o la rotación e inclinación de los dientes adyacentes. Un signo patognomónico de la retención del incisivo central es la presencia en el arco del incisivo lateral homolateral.
La evaluación radiográfica permite examinar la presencia y posición del diente retenido, su morfología, estructura e investigar la posibilidad de obstáculos para la tracción ortodóntica. En este sentido es clave establecer la relación espacial del diente retenido con las raíces de los dientes adyacentes y patologías como dientes impactados, odontomas, granulomas o quistes apicales. Las radiografías panorámicas constituyen el primer examen radiográfico indicado para la evaluación general de los dientes retenidos, sin embargo, la tomografía computarizada ha probado ser superior en la observación del tejido óseo y la localización precisa de dichos dientes, en particular la TCCH, es eficiente, proporciona una excelente diferenciación del tejido óseo y una relativa baja dosis en comparación con la tomografía médica.
Referencias
Estrada A,  Katagiri M. Orthodontic-surgical treatmentof an impacted central incisor. Case report.  Rev Mexicana Ortodon 2017; 5(3):  184-9.
Pavoni C, Mucedero M, Laganà G, Paolini V, Cozza P. Impacted maxillary incisors: diagnosis and predictive measurements. Annali Stomatol 2012; III(3-4): 100-15.